Nuestra sociedad depende cada vez más de los centros de datos. Casi todo lo que hacen los consumidores y profesionales, desde comprar en línea, pasar por una cabina de peaje o enviar un informe, crea información digital almacenada en centros de datos. Y casi todo lo que hace una empresa, desde actualizar la intranet hasta archivar un documento y actualizar un software, requiere acceso a la información almacenada en un centro de datos. Por tanto, la preparación para desastres es crucial pues impacta en la capacidad de una organización de operar en un entorno las 24 horas de los siete días de la semana al mitigar los efectos de un desastre en la continuidad del negocio.
“Las razones para implementar un plan de preparación y recuperación ante desastres son de gran alcance, desde lo tangible de proteger la vida humana, hasta las implicaciones comerciales más amplias: recuperar operaciones críticas, proteger la posición competitiva de la empresa, preservar la confianza del cliente y proteger a la compañía contra eventuales litigios”, asegura Miguel Duluc, representante de cuentas Alliance y Premier, división Secure Power, Energy Management Business de APC by Schneider Electric.
En plena temporada de huracán, ante el peligro constante de la llegada de fenómenos naturales que pueden ser devastadores, es vital poner atención a la fase de preparación, donde las empresas pueden abordar, evaluar y reaccionar más fácilmente ante una situación de emergencia determinada y garantizar que se tomen las precauciones operativas y de seguridad para que la recuperación pueda tener lugar de manera rápida y eficaz.
“El primer paso es comprender los diferentes tipos de fallas que pueden afectar a una instalación de misión crítica: de diseño, catastróficas, agravantes y fallas por errores humanos. Al familiarizarse con ellas, los operadores del centro de datos podrán diseñar mejor un plan, identificar una situación de desastre e iniciar los pasos adecuados de recuperación. A continuación, deberán considerar una serie de evaluaciones situacionales que incluyen la identificación y evaluación de áreas propensas a amenazas, la estimación de la vulnerabilidad a un desastre y la medición del riesgo de tal situación. También deben evaluarse los sistemas de recuperación de desastres, seguridad contra incendios, alarma y energía de respaldo. APC cuenta con un servicio de asesoría a través del cual acompaña a la empresa en este recorrido”, afirma Miguel Duluc.
Por lo general, los centros de datos están diseñados para permanecer operativos durante eventos de desastre. Si corresponde, los operadores deben considerar almacenar combustible para los generadores de respaldo y tener listos elementos básicos como agua limpia, botiquines de primeros auxilios, linternas y baterías. Además, deben mantener actualizada la información, como contactos de emergencia y listas de activos de las instalaciones, en una ubicación de fácil acceso. Una vez que se ha desarrollado el plan de contingencia, debe someterse a pruebas rigurosas para garantizar que funcione correctamente.
Asegurarse de que el centro de datos sea seguro y de que exista un plan viable en caso de una crisis podría disminuir los costos del centro de datos, mantener el negocio operativo y evitar pérdidas financieras debido al tiempo de inactividad. “Una infraestructura de alta disponibilidad es el resultado de muchas partes involucradas, incluidos electricistas e ingenieros, planificadores y plomeros, ejecutivos de negocios y equipos de limpieza, técnicos, gerentes y equipos de mantenimiento. El proveedor de infraestructura de una empresa de centro de datos debe trabajar para organizar y coordinar los esfuerzos de estos grupos para garantizar que la instalación brinde el rendimiento y la disponibilidad requeridos durante las operaciones normales y en el caso de un desastre”, concluye el ejecutivo.
A medida que los centros de datos se vuelven cada vez más confiables y pasan de ser centros de costos a habilitadores comerciales, la mitigación del tiempo de inactividad causado por un desastre será más importante que nunca.
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