Es bien sabido que estamos disfrutando de una de las mejores épocas en el mundo del entretenimiento, y es que gracias al Internet, tenemos en cuestión de segundos acceso a todo tipo de medios audiovisuales. Esto también ha provocado que los medios se saturen y que las novedades cada vez sean más escasas.
Ante la falta de ideas frescas, los remakes están pensados para poder dar cabida a producciones donde el éxito está en un 50% asegurado. Desde el cine, el arte del remake se ha estado ejecutando desde los tiempos en que el videojuego ni se tenía pensado como medio de entretenimiento y que aún ha perdurado como una práctica que está más en voga que nunca.
Para ejemplos claros de este arte del rehacer tenemos a Disney, que está realizando una nueva era de remakes de todos sus películas clásicas, generando millonarias ganancias y consiguiendo nuevos fans.
Los videojuegos se han servido de esta práctica desde los tiempos de Super Nintendo, recreando títulos que gráfica y jugablemente prometen mejorar la experiencia de juego.
Los remakes, además de ir a lo seguro, apelan al sentimiento de la nostalgia de jugadores que buscan rememorar aquellos tiempos en que solo se preocupaban por jugar. Todo gamer ha soñado con como se vería su juego clásico de los 90s con los gráficos y el poderío tecnológico de hoy en día. A través de ese insight, las empresas se han hecho de fortuna realizando remakes.
Remakes, remasters y reboots
Mucha gente suele confundirse con estos términos, que son muy parecidos en la práctica, pero muy distintos en cuanto a forma. Los remakes son videojuegos en que en su totalidad rehacen el apartado técnico del juego (música y gráficos), manteniendo intacta su gameplay, historia y personajes.
Ejemplos de grandes remakes realizados tenemos la saga Resident Evil que ha contado con varios títulos recreados y adaptado a nuevas tecnologías. También tenemos al The Legend of Zelda Links Awakening, un título que originalmente salió para la Gameboy en 1993 y que fue rehecho en este 2019 para la Nintendo Switch con nuevos gráficos y música, preservando la jugabilidad.
Crash Bandicoot y Shadow of The Colossus son dos titánicos ejemplos más de buenos remakes, en el cual solo mejoran el apartado técnico del juego, sin tocar apenas su jugabilidad. Y por mencionar la gran importancia de esta forma de realizar juegos, uno de los títulos más esperados del próximo año, es un remake: Final Fantasy VII RE.
Los remasters son remasterizaciones, es decir, adaptaciones de videojuegos antiguos a los nuevos formatos de hoy en día, puliendo el apartado sonoro y gráfico para verse bien en las pantallas HD. En este proceso no se cambia absolutamente nada en cuanto a gráficos, elementos, historia y gameplay, es el mismo juego lanzado hace años, solo que adaptado a las nuevas resoluciones.
Sony ha relanzado mucho de sus juegos con mejoras de resolución y framerate. Ejemplos de esto son los Uncharted, The Last of US y God of War III lanzados originalmente para PS3 y que se llevaron a la PS4 mostrando mejoras en texturas y suavidad al correr dichos títulos. Otros que han sacado partido al remasterizado son los de Square Enix, quienes han lanzado ports de casi todos sus más emblemáticos videojuegos: Final Fantasy VII, VIII, IX, X, XII, La saga completa de Kingdom Hearts, The Last Remnant, entre otros.
Capcom ya no es que usa, sino que abusa de las remasterizaciones HD, pero por algo lo hacen, juegos como Street Fighter II, Devil May Cry, Onimusha o los clásicos de arcade, siempre venden bien. Resident Evil 4 es ya un meme en cuanto a estas adaptaciones, porque desde que se lanzó originalmente en 2005, en cada consola que sale, una versión remasterizada de este juego es lanzada.
Cuando sucede un reboot, las cosas pueden salir bien o mal, porque este proceso es el más arriesgado de todos, porque toma como idea general reiniciar una franquicia consolidada, cambiando jugabilidad, historia, incluso hasta personajes, con tal de dar una nueva experiencia y atraer a nuevos jugadores.
Tomb Raider y su reboot que tuvo en el 2013 es uno de los grandes ejemplos exitosos de esta forma de realizar videojuegos. Devil May Cry pasó por un cambio que no a todos llegó a gustar. La saga Doom y Mortal Kombat han tenido que reinventarse y reiniciar su historia con el propósito de tener mejor cohesión con los hechos que iban sucediendo de juego en juego. El más reciente de los reboot ha sido el Call of Duty Modern Warfare 2019, una nueva visión de un juego que marcó una generación de gamers en el 2007.
¿Los remakes, reboots y remasters son buenos para la industria del videojuego?
Por supuesto, ya que además de atacar a la nostalgia, apelan a que un nuevo público conozca o pueda disfrutar de títulos que en su tiempo no pudo vivir. Las empresas salen beneficiados con cada lanzamiento de estos, pero a su vez les permite tener capital suficiente para invertir en nuevas experiencias de juego.
Los remakes llegaron para quedarse, y tenlo por seguro, que aquel título que jugaste ayer, si fue exitoso, en unos cuantos años lo verás relanzado en las consolas que estén posicionadas en ese momento.
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