El declive del cine: cómo el éxodo del talento beneficia a la TV

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La industria del cine no pasa por su mejor momento si analizamos los números y si comparamos su situación con la de su principal competidor, la televisión. Los grandes proyectos, con las mayores inversiones y nombres tan destacados como los hermanos Wachowski o Kevin Spacey, protagonista de la serie House of Cards, se dirigen ahora a la audiencia televisiva, mientras que el séptimo arte ve cómo se reduce su recaudación. De hecho, en 2014 se vendieron 1,26 billones de entradas de cine en Norte América, la cifra más baja en las últimas dos décadas.

La evolución tecnológica es, en parte, responsable de estos cambios de tendencia, ya que la tecnología ha permitido mejorar ampliamente la calidad de los programas televisivos y posibilita ver y reproducir el contenido a tiempo real con el servicio de streaming, sin tener que esperar a que se descargue el archivo. Ventajas que, sin duda, han favorecido a los televidentes.

El ejemplo más claro lo encontramos en Netflix, el videoclub digital norteamericano que ha revolucionado la industria de la televisión en varias ocasiones desde que se creó. Esta plataforma online ofrece a sus clientes un amplio catálogo de series y películas nacionales e internacionales, siendo las series “House of cards” y “Orage is the new black” sus buques insignia. Los suscriptores pueden ver el contenido cuando quieran pero también, donde prefieran, ya sea en el ordenador, en el teléfono móvil o en una tablet.

Durante años, las plataformas que ofrecen el servicio de videostreaming, principalmente Netflix, han estado debilitando a las cadenas tradicionales y también a la televisión por cable. Pero ahora, además, afectan a la industria del cine. Las estadísticas demuestran que son los más jóvenes, los más acostumbrados al uso de las nuevas tecnologías y dispositivos móviles, quienes más recurren a estos servicios y quienes, por tanto, menos apuestan por el cine que, además, les resulta más caro. No en vano, estas plataformas se dirigen sobre todo a consumidores de entre 12 y 24 años.

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No obstante, los espectadores no se habrían decantado por estos nuevos hábitos si la tecnología no les hubiera acompañado. La llegada al mercado de los sistemas home cinema, y los nuevos modelos de televisores 4K ultra HD, capaces de reproducir contenido desde diferentes fuentes, con conexión a Internet y multitud de aplicaciones, han sido clave para que cada vez más gente se decante por ver series y películas desde el monitor de su televisor antes que por comprar una entrada para disfrutar de la gran pantalla. Sin olvidar que cada vez es más fácil y asequible adquirir el equipamiento de audio y video necesario para convertir el salón de casa en nuestra propia sala de cine.

El futuro del sector audiovisual sigue siendo un misterio, pero lo que sí parece claro es que la llegada de plataformas online como Netflix, y en breves también Amazon con su Fire TV, seguirá cambiando la forma de ver la televisión y, también, la de ver el cine. Ninguno de los dos sectores, el televisivo y el cinematográfico, puede cerrar los ojos ante esta realidad. La tecnología, de nuevo, cambia nuestros gustos y hábitos y la industria no tiene más remedio que modificar sus estrategias para adaptarse a ellos. La partida entre cine, televisión e Internet ha comenzado. Veremos ahora quién mueve mejor sus fichas. El ganador, sin embargo, siempre debe ser el consumidor.

Janira Lebron
Janira Lebron

Ingeniera civil, aficionada de la música, la gastronomía y las bebidas espirituosas.

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