No, WhatsApp no es la última Coca-Cola del desierto

Foto original de Nima Fatemi.
Foto original de Nima Fatemi.

Aclaro que tomé a WhatsApp como ejemplo, ya que esto aplicaría para cualquier aplicación de mensajería instantánea o red social. Pero en el caso de que se entienda que es para comparar WhatsApp con otras apps, ya había escrito: Telegram vs. Whatsapp.

Me atrevo a decir que desde que WhatsApp tomó auge a nivel mundial y especialmente en mi país, he dejado de utilizarlo y es que entre más personas de mi agenda lo utilizan, menos me interesa. El motivo es sencillo y quizás muchos se sientan identificados, la sociedad toma cualquier pizca de lo que sea que exista y lo convierte en un medio irritante, insoportable y en puro morbo. Esto me hace recordar una de mis películas dominicanas Jaque Mate (2011), donde se habla un poco de que la sociedad lo que pide es morbo y que para el colmo lo disfruta descaradamente, sin pensar en las consecuencias del mismo.

¿Qué tiene que ver esto con WhatsApp?

Pues ahora, mucha gente se ha dado la tarea de aprovechar este medio de comunicación y enviar toda la basura que se les ocurra, desde imágenes y vídeos de violencia, pornografía y demás porquería que aparece en la red. A mí no me debería importar que la gente envíe, pero esto me afecta desde que me llega algo y previamente se descarga automáticanente en mi dispositivo, hasta tuve que desactivar las descargas automáticas, así evito tener esa basura en la memoria de mi dispositivo.

Otra cosa que noto con WhatsApp, Facebook y ahora Instagram, es que na mayoría de las personas son narcisistas y ni siquiera lo saben.

El narcisismo es una alusión al mito de Narciso, amor a la imagen de sí mismo.  Amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto. Estos desórdenes pueden presentarse en un grado tal, que se vea severamente comprometida la habilidad de la persona para vivir una vida feliz o buena al manifestarse dichos rasgos en la forma de egoísmo agudo y desconsideración hacia las necesidades y sentimientos ajenos.

~ Wikipedia

De hecho, recientemente Wilson Paulino (I’m Sorry Wilson), publicó un vídeo respecto al tema y la tanta gente que publica contenido que harta, pero que simplemente con dejar de seguir se acaba el problema.

La sociedad se está tomando muy apecho la vida en la red, creemos que es lo único que existe como medio de comunicación, tanto así que nos exigimos respuesta inmediata, llegando a frustrar la paz de muchos que responden cuando PUEDEN o se LES PEGA LA GANA. ¿Es tan difícil de entender? ¬¬

La gramática y ortografía ya es basura, a nadie le importa escribir bien mientras se les entienda. No es un problema de juventud, hasta los abuelos se han dejado arropar la inmediatez que exige la actualidad. De mí hasta se burlan al leer que escribo colocando los símbolos de interrogación (¿?) y admiración (¡!), si me consideran un «grammar nazi» me hacen sentir orgulloso de como soy con el tema. ¡Gracias!

—¡Ahh! Pero a ti no te debe importar cómo escriben los demás.

—Pues sí, me importa; porque no soy adivino de todas las faltas que escriben.

Una última cosa, que me parece muy interesante de los usuarios de WhatsApp, es que babean y se quejan por no pagar RD$43 (US$0.99) pesos dominicanos al año, por un servicio que utilizan todos los días, algo sumamente estúpido. ¿En serio?

Son tantas cosas, y casi todas negativas; por algo lo comparto (no aguantaba más tener esto dentro). No, no estoy siendo hater; simplemente me desahogo. Les invito a analizar a sus amigos y familiares y se darán cuenta de lo que hablo. Sean más abiertos, existen más posibilidades; más opciones a todo. WhatsApp no es una herramienta mala, al contrario es muy funcional; pero el uso que a veces le damos se va más allá de nuestro propio entendimiento, cuiden lo que envían por esa vía y aprendan a ignorar cosas que lleguen.

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José Alvarez Núñez
José Alvarez Núñez

Soy uno más inmerso en el constante desafío que implica salir adelante, vivir una vida tranquila o difícil y morir en paz o ardiendo. Al parecer geek por naturaleza y hasta un poco hipster. Disfruto de la música, en especial la de Daft Punk, Swedish House Mafia y Pentatonix.

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