En los últimos meses se ha disparado la compra de móviles de marcas chinas en el mundo. Básicamente, se trata de marcas bastante populares en China, pero que no han conseguido implantarse en hasta hace poco. Por ese motivo, algunas empresas han comenzado a importar estos aparatos, y venderlos a precios tremendamente competitivos.
Aunque la calidad aún no suele ser la misma que un móvil de marca más «habitual» sí que es cierto que las compañías chinas han hecho un esfuerzo considerable para conseguir llegar a tener calidad a niveles similares a sus marcas competidoras en el mercado.
De forma práctica, los usuarios pueden comprar estos móviles a distribuidores que importan y homologan a las directrices de las telefónicas estos aparatos, con la diferencia de que tienen unos precios que incluso pueden llegar a suponer la mitad que el mismo aparato con las mismas prestaciones y calidad que uno de marca occidental.
La revolución que esto va a suponer en el momento en que los productores chinos lleguen a unos estándares similares de calidad es enorme, ya que las compañías occidentales van a tener que entrar nuevamente en una guerra de precios para mantener sus cuotas de mercado.