Claro denunció la semana pasada que pese a las acciones que se llevan a cabo para combatir el robo de cables utilizados en las facilidades de telecomunicación fija, este delito continúa intensificándose en el país, ocasionando grandes y valiosas pérdidas entre las empresas prestadoras del servicio.
El servicio de Seguridad física de las empresas de telecomunicaciones reporta que existen bandas organizadas que están cambiando su manera de operar, llegando incluso a recurrir a la violencia, como en el reciente y lamentable caso donde resultó asesinado un empleado del Departamento de Seguridad de Claro, mientras se encontraba dando seguimiento a unos individuos que habían cortado un cable de planta externa, en el sector de Los Prados de San Luis, Zona Oriental.
Claro mostró su preocupación por las alarmantes cifras de robo pese a las medidas de seguridad que ha tomado para combatir este delito y las fuertes inversiones realizadas para proteger los cables. En lo que va del año las empresas de telecomunicaciones han invertido más de 82 millones de pesos para reponer el cable robado, además del daño incalculable que causan a los sectores que quedan incomunicados.
En los últimos meses, se registran 838 casos de robo de cables telefónicos provocando pérdidas millonarias y desmejorando la calidad del servicio de telefonía fija de residentes en los lugares afectados.
El acelerado crecimiento del robo de cables, no solo causa millonarias pérdidas, sino que afecta de modo sensible la prestación de servicios públicos esenciales, manifestó la empresa en una nota informativa. “Adicional al costo de reposición de los materiales, el tiempo y recursos necesarios para la reinstalación de los mismos, así como el tiempo de incomunicación de los clientes afectados, representa también una significativa pérdida económica”, añadió.
La empresa ha unido esfuerzos con otras prestadoras en la búsqueda de mecanismos para enfrentar el robo de cables de cobre que forman parte de las redes de transmisión del servicio telefónico doméstico, pues estos actos delictivos afectan primordialmente a todos los usuarios contratantes del servicio, que se quedan incomunicados de forma inmediata, prescindiendo de un servicio tan importante y necesario como es la comunicación vía telefónica.
Consideran que la práctica de robo de cables se mantiene en el país porque el cobre sustraído es fuente de negocio a través de la exportación del metal, siendo la República Dominicana un país que no produce cobre.
Aunque se resalta las iniciativas llevadas a cabo por los organismos de seguridad y control del Estado, en conjunto con las áreas de seguridad de las empresas telefónicas, es pertinente que se amplíe el rango de acciones para implementar medidas que tengan mayor efectividad en evitar y controlar el sorprendente crecimiento en el robo de cables.
