En este mundo es increíble la cantidad de cosas que uno puede llegar a ver y muchas veces parecen ser falsas y son tan reales como nosotros mismos. Es por esto que el caso que verán a continuación llama mucho la atención y refleja de manera clara un caso específico de una persona que posee una actitud compulsiva sumamente extraña, pero sobre todo dañina.
Existe un programa llamado My Strange Addiction que emite capítulos a modo de documentales por el canal TLC (The Learning Channel) el cual se enfoca en desarrollar programas de contenido educacional y cultural. El programa suele mostrar casos bastante raros. En este, la atención se centra sobre Kaylin, una joven de 18 años que vive en Sacramento (California). Hasta ahí todo bien y normal, sino fuera porque la chica tiene aproximadamente 11 años comiendo plástico.
Según ella explica a los medios, su gusto o preferencia por el plástico no es por el plástico en sí mismo o por su sabor, ya que ella expresa lo siguiente:
«No es por cómo sabe el plástico, sino la manera en que lo como, pues es duro y suave al mismo tiempo.»
De igual forma, la jovencita ha mostrado también una sorprendente lista de algunas de las cosas que ha comido durante todos estos años:
«Me he comido 12 mandos de control remoto, más de 5,000 adornos de pulseras, más de 1,000 espadas de coctel, 100 tenedores, una decena de botellas de agua, dos chupones para bebé, tres estuches de CD, unas 50 perchas, entre otras cosas».
Su promedio de consumo es de unos 15 objetos al día.
Se ha calculado que en estos 11 años, Kaylin ha consumido unos 60,000 artículos u objetos netamente de plástico. La joven ha admitido su dependencia al mismo y reconoce que es algo que quiere y lo ve como una necesidad. En un momento del documental, ella dice que prefiere comer plástico a comer comida normal. Actualmente trabaja como camarera en un restaurante, y de ahí obtiene banderitas de plástico que más tarde se lleva a su casa para comer. Pueden ver más capítulos fuera de serie en la página web de este programa. He quedado frisado con casos como la de una mujer que se baña con lejía, otra que le gusta comer rocas, otra que se come los restos incinerados de su esposo y una joven de 25 años que se viste como bebé. Ver para creer.
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