¡A limpiar se ha dicho!

Los carajitos de por mi casa son una vaina seria, carajitos al fin. Entre las cosas que me han hecho se puede mencionar que una carajita, aprendiendo a manejar, me chocó el carro parqueado por detrás y del susto dejó el carro ahí mismo chocao con el mio y salió juyendo pa su casa, la suerte es que fue un topadito y como de esquinita porque era que queria pasar entre mi carro y otro y parece que no midió bien, solo le hizo en peladito que se resolvió con emeril y un pañito.
Un tiempo después salí en la tarde de mi casa y me encuentro que mi carro no tiene un solo tapabocinas, como a la semana me enteré que habian agarrado a un carajito (no de los de mi calle) robando tapabocinas, entonces asumo que fue ese carajito el que se tumbó los mios.
Más adelante en el tiempo, resulta que salgo también en la tarde de mi casa y me monto en el carro y me doy cuenta de que tengo el cristal de alante roto, pero me di cuenta después que habia salido, cuando volví maldije a todos los carajitos y sus padres en voz alta desde el medio de la calle, ya que sabia que no iba a aparecer un responsable. Eso lo resolvi con el seguro sin ningún tipo de problemas y sin poner un solo chele.
Si creen que se acaba aquí pues le digo que no… Otro tiempo después, me doy cuenta que tengo el retrovisor del lado del conductor con el espejo roto, yo no dudo que haya sido un carajito montando bicicleta que se lo llevó, pero puede existir la posibilidad de que haya sido otro carro con el retrovisor. La vaina es que hace como 2 ó 3 meses me doy cuenta de que otra vez tengo el cristal de alante roto, aún está así porque no he sacado el tiempo de ir al seguro.


No se de donde es que han salido tantos carajitos en esta calle, pero es un recua que hay y viven el dia entero jodiendo en la calle. Si voy a sacar algo del baul del carro hay uno que viene y se me para al lado a inspeccionar cuidadosamente que es lo que voy a sacar del baul y a dejar en el. Ese mismo mocosito un dia en la bicicleta le ralló el carro a Janira desde alante hasta atrás por un lado y la mamá se hizo la loca y hasta nos botó de la casa cuando le fuimos a reclamar. La suerte fue, irónicamente, que como 2 semanas después Janira eplotó el carro en la Zona Colonial y lo dejó como una sardina en latas por lo que no fue necesario cobrarle más el rallón a estas gentes.

Yo no quiero tratarlos mal porque en el fondo son simplemente unos carajitos, pero deseos de darle un roquitoqui o ponerlos a ver a Dios comiendo arroz no faltan cuando se me paran al lado o los veo jodiendo desde que amanece.

Hay otra que cada vez que me ve me saluda: «Hola Popi!» y se me hace un pequeño nudo en la garganta de tantas veces que he querido cargarla y remenearla a ver si no está jugando en el medio de la calle cada vez que yo llegó en el carro y tengo que tocarle bocina.

Bueno, entrando ya en lo que realmente le da título a este tratado. Las paredes cremas de mi casa en estos dias se habian llenado de marcas redondas de sucio, y solo hay que haber sido niño para darse cuenta que se trataban de marcas de pelotas. La vaina es que ya la pared estaba que daba asco y mi mamá con una cuerda der diablo. Yo realmente ni me habia dado cuenta, no me fijo en eso. Lo que si que ya mi mamá me habia comentado y habia dicho como cualquiera diria por hablar disparates, que los va agarrar y los va a poner a ellos a limpiar la pared.

Bueno, hoy yo llegué a casa a eso de las 5:30pm de dar clases y para mi sorpresa me encuentro con tremendo operativo de limpieza. Todos los carajitos de mi calle cargando cubetas, con la manguera, cepillos y demás artículos de limpieza doméstica limpiando las paredes de afuera de mi casa, la marquesina y el patio.

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Estaban todos fajados, y, muchachos al fin, contentos como si fuera la vaina más cool que hayan hecho en su vida, yo se los digo, esos malditos carajitos quiero matarlos pero en el fondo son buena gente y cool.

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Salí del carro, les tiré par de fotos muerto de la risa, entré, me quité la ropa de trabajo, me puse ropa de tigueraje, comí y salí a ver como iba el operativo con la cámara en mano a ver si habia algo nuevo y ¡Oh, sorpresa!… ¡Me estaban lavando el carro! No me puedo quejar con estos pequeños engendros del infierno, me lavaron media casa y el carro que estaba ya de otro color del sucio (como siempre).

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Esta es la que me saluda cuando me ve

Vamos a ver cuanto duran antes de rompermele otra vaina al carro.

Por ellos no me he atrevido a sacar mi telescopio muy temprano en la noche a mirar la luna, porque es casi seguro que tenga que dejarlos ver a ellos también y no toy en rompérselo en la cabeza a ninguno.

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Este es el inspector de aduanas que va a chequear cuando yo abro el baul y el que le ralló el carro a Janira con la bicicleta. Al final, cuando terminó de secar la marquesina, ese bándalo le pidió dinero a mi mamá jejeje.
Hipólito Delgado
Hipólito Delgado

Fundador de HD.com.do. Entusiasta de la tecnología, cine, rock, beisbol, CrossFit (CF-L1), entre otros. Experiencia en diseño gráfico, diseño y programación web.

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